Atascado voy en la maquinaria del cotidiano vivir,
Ya no tengo fuerzas para derrotar,
Mi vacío,
Mi debilidad,
Ni ver mi reflejo.
Voy viviendo porque estoy vivo,
Trabajando por el tiempo invertido,
Conversando porque me conversan,
Pensando porque es mi naturaleza,
Pero sintiendo vergüenza,
De dejarme atrapar en el plan del sistema.
Ese plan que me dice que fuerza es ignorancia
Guerra es paz,
Libertad es esclavitud,
Que vivir porque estoy vivo es virtud,
Que trabajar así es mi vocación,
Que tengo muchos amigos y soy buen colega,
Que pensar me hace inteligente,
Que está bien ser parte de la sociedad.
La cruz que recojo todos los días,
Se llama expectativas derrumbas,
desilusión,
pérdida del rumbo,
Es un peso por gravedad,
sin ninguna meta,
sin ninguna verdad.
Esos tres o cuatro amores que no supe cuidar ni aprovechar,
Me motivan a desear,
A dar todo por recuperar,
La esperanza de aprender a amar,
De dejar de menospreciar,
Valorar.
Y es que es increíble lo rápidamente fácil que las cosas terminan para mí,
Se vuelven aburridas, normales, comunes, fáciles, desechables.
Papas fritas, arrollados queso, chelas, pitos, cereales con yoghurt, pizza, porotos, nada me satisface,
Verte a ti o verla a ella, estar acá, verlos a ustedes, estar con mi familia, es lo mismo que pasear en la plaza solo,
Dibujar, hacer la tesis, estudiar, preparar las clases, comprar el pc o una chaqueta, me traen el mismo bienestar que comer una sopaipilla, que patear una piedra, que pestañear o decir que wena.
Lo que más me motiva hoy en día,
Es tener mi propio espacio,
Un amarre a la realidad,
Una evidencia de mi existencia física,
Vivir luego mi soledad y dejar de pegoteársela a los demás.
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